Estoy convencido y persuadido de que en la Eucaristización de la escuela, del púlpito, de los centros de acción, de los procedimientos apostólicos, de todo el trabajo y de las orientaciones todas de la vida cristiana está el summum de su seguridad, eficacia y prosperidad, y esta persuación de tal modo me empuja y absorbe, que, hoy por hoy, y Dios sea bendito por ello, cuando pienso, digo, escribo y aliento a esto sólo va:
a que de papeles, obras, niños, viejos, hombres, mujeres y de cuanto me rodee o afecte, brote perennemente en un tono o en otro, y cada cual en su lenguaje, el himno y cántico de la fe, del reconocimiento y del amor al Corazón de Jesús Sacramentado.
a que de papeles, obras, niños, viejos, hombres, mujeres y de cuanto me rodee o afecte, brote perennemente en un tono o en otro, y cada cual en su lenguaje, el himno y cántico de la fe, del reconocimiento y del amor al Corazón de Jesús Sacramentado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario