Saludos !!!
Creo que a todos nos ha pasado que al mirarnos al espejo no quedamos contentos. Y no es cuestión de estética, es algo más profundo. No estamos conformes con la vida que llevamos, no es lo que habíamos soñado que sería, en fin, no somos felices. Y el tiempo sigue su marcha y la vida se nos va pasando.
De repente nos viene el deseo de retroceder el tiempo, de recomenzar. Con lo que ahora sabemos seguro que hubiésemos pensado mejor ciertas cosas, tomado otras decisiones, nuestra vida presente sería distinta. Pero justo cuando estamos en lo mejor de nuestra restructuración, el reloj nos recuerda que no hay tiempo que perder y que hay que volver a la realidad. No podemos cambiar nuestro pasado.
Hemos comenzado la cuaresma. Confieso que es el tiempo litúrgico que más me gusta precisamente porque me permite mirar mi pasado y aprender de él. Sé que sólo tengo el presente para cambiar, sé que mi vida es aquí y ahora, no es una ilusión o un sueño hecho realidad. Mi vida es lo que es.
Escribo éstas líneas sólo para compartirte un pensamiento. Si no estás contento con tu vida, si quieres de verdad cambiarla, piensa en Dios. Estoy seguro que te habrán dado cientos de consejos y muchos de ellos serán muy buenos, pero quizás no incluyen a Jesús. Lastimosamente el mundo se va olvidando del poder de su Creador.
Cristo vino al mundo a hacer nuevas todas las cosas, a darnos vida abundante. Eso no significa que nuestra vida será un cuento de hadas. Significa que podemos ser hombres nuevos, que nuestra vida puede tener un sentido distinto, que podemos ser felices a pesar de todo.
Hoy nos invito (que conste que me incluyo) a vivir intensamente este tiempo de gracia, a entrar en la cuaresma dispuestos a todo. Retomemos nuestra vida espiritual, nuestra relación con Dios, nuestra vivencia de los sacramentos. Sólo Jesús Eucaristía nos puede hacer hombres nuevos.
Te deseo una santa y feliz cuaresma.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein, MED
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