Hace apenas un mes ha
iniciado en Guayaquil una obrita que busca continuar “dando y buscando compañía
al Abandonado del Sagrario”. Siguiendo la espiritualidad eucarístico-reparadora
que Don Manuel sembró y cultivó en la Iglesia, un pequeño grupo de varones ha
decidido asumir la tarea de ayudar a cargar la Cruz a Jesucristo Sacerdote.
Ha sido un fruto de los
Retiros Espirituales Eucarísticos, otra iniciativa que realizamos cada primer
domingo de mes ya desde hace tres años y que ha tenido una gran acogida en la
ciudad. Las Madres Sacerdotales organizaban una exposición de libros de Don
Manuel y además invitaban a sus reuniones. Había una opción para las mujeres
que quisieran adoptar espiritualmente a un sacerdote, pero para varones no
existía una obra.
Por iniciativa de mi
papá, Carlos Piechestein, y con la compañía de otros cinco varones adultos,
arrancó la obra que tiene como principal objetivo acompañar a Jesús
Sacramentado y al sacerdote. La lectura reflexiva de los libros de Don Manuel,
la adoración eucarística, la comunión diaria ofrecida por los Misioneros Eucarísticos
Diocesanos, el sostén de las vocaciones sacerdotales y la oración por ellas,
son los objetivos de la comunidad.
A quienes quieran ser
parte de esta obra les extendemos la invitación. La cita es cada miércoles a
partir de las 19h00 en la parroquia San Alejo (Eloy Alfaro 302 y Luzárraga,
Bahía de Guayaquil). Se empieza con la Santa Misa, para pasar luego a la
reunión y terminar con la visita al Santísimo Sacramento.
P. César Piechestein
Misionero Eucarístico Diocesano
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