Querido Padre Tomás:
¡Feliz día de San Patricio, patrono de Irlanda! Irlanda es un país de donde han salido grandes misioneros para evangelizado al mundo. Fue un irlandés quien trajo la adoración perpetua a Filipinas. Hace 9 años invitaron al Cardenal Sin, al Congreso Eucarístico Internacional de Kenya para ser el principal celebrante y predicador en una Misa en honor de Edell Quinn. Ella fue una gran misionera laica que organizó la Legión de María en África. La misa fue celebrada sobre su tumba. Después de la Misa el Cardenal invitó al padre Martín que fuera a Filipinas para difundir la adoración perpetua. Así es que hoy en día hay más de 500 capillas gracias a la labor de un misionero Irlandés: el padre Martin.

Esto nos parece gracioso pero también nos habla del amor compasivo de Jesús en el Santísimo Sacramento. Un misionero que trabajaba en África como capellán de una prisión, nos demuestra esta compasión. Un día recibió la orden de regresar a su país. Estaba con él durante su última visita a los reclusos, que para la sociedad son hombres miserables. Concluida la visita, juntos subimos al auto para volver a la parroquia. Puso la llave en el arranque, apoyó la cabeza sobre el volante y empezó a llorar pensando que jamás volvería a ver a esos hombres.
Me pareció ver en él la imagen de Jesús. Como tampoco podía dejarnos, instituyó el Santísimo Sacramento para quedarse con nosotros hasta el fin de los tiempos. Cuanto más feos y más despreciables somos, su Corazón se muestra más tierno y compasivo hacia nosotros. Cuánto más malos nos sentimos, mayor es la alegría que le causamos al humillarnos y al visitarlo en el Santísimo Sacramento. Él, que fue herido, nos cura, pues vino no para los que están sanos sino para los enfermos.

Si ellos sentían tanta compasión por Catalina, cuánto mayor debe ser la compasión de Jesús en el Santísimo Sacramento por nuestra fragilidad y pecado. Por la adoración perpetua, dispensa su amor sanador y sus gracias directamente hacia nosotros.
Más de 100 sacerdotes Irlandeses establecieron la adoración perpetua en sus parroquias de los EE.UU.
Los irlandeses prefieren la muerte antes de renegar de su fe. Esta fe profunda se caracteriza por el amor a la Sagrada Eucaristía y a la Santísima Virgen. Durante el tiempo de la persecución tenían misas en los bosques. Los británicos los mataban si los encontraban. El amor a la Sagrada Eucaristía, todavía inflama la fe de los irlandeses.
No es extraño que nuestra Señora haya elegido Irlanda para el mensaje más Eucarístico de todos. Nada dijo. Ella se apareció y permaneció en silencio con un cordero. Tiempo apocalíptico, tiempo para la Santísima Madre y el Santísimo Sacramento. Ella es Nuestra Señora de Knock.
Fraternalmente tuyo en su Amor Eucarístico, Mons. Pepe